Una red de franquicias, como su propio nombre indica, es el conjunto de franquicias de una empresa o marca. Una franquicia suele tener como finalidad la expansión de esta, con lo cual, qué mejor manera que abriendo el mayor número de franquicias posible bajo el nombre de tu propia marca. Todas esas franquicias que abren bajo el nombre de esa misma enseña conforman una red de franquicias.

Cuando un empresario decide convertir su empresa en franquicia suele tener un objetivo y es la expansión de la misma, para que esto sea posible, los emprendedores e inversores que confíen en esa marca deberán abrir una franquicia, y poco a poco se irá aumentando el número de aperturas de franquicias y, en consecuencia, se creará lo que llamamos red de franquicias.

El objetivo principal de una red de franquicias, aparte de la expansión de la marca, es mejorar la producción como también la distribución de sus productos y/o servicios, llevándoles a cuantos más continentes y países mejor.

Uno de los puntos más importantes de las redes de franquicias es el control de las mismas por parte del franquiciador. Es muy importante la expansión de las franquicias para dar a conocer la marca y poder llegar a un número mayor de consumidores y clientes, pero es más importante todavía que, cuando estos clientes visiten una de tus franquicias, estas tengan un buen funcionamiento, calidad en sus productos, locales limpios y adaptados a todas las necesidades de los consumidores, etc. En resumen, que el funcionamiento de una red de franquicias sea correcto es fundamental para la expansión y el buen reconocimiento de la marca.

Este es uno de los problemas más comunes en una red de franquicias, que los franquiciados cumplan con las medidas impuestas por la propia franquicia y que todas las franquicias que conforman una red saquen siempre una buena rentabilidad y obtengan beneficios, para que así, el valor de la empresa sea cada vez mayor.