Hoy quiero salir de compras, cojo mis cosas y pongo rumbo a las principales calles comerciales de Barcelona. Cuando me quiero dar cuenta, estoy llegando a la Plaza de Catalunya, voy caminando por La Rambla y a mi izquierda veo un Burger King, me apetece mucho una hamburguesa, aunque es un poco temprano todavía para comer una. Decido seguir hacia delante y me encuentro Primark a mi derecha, no sé si parar a comprar un par de cosas que me hacen falta, aunque si lo hago se me va a hacer tarde.
He decidido continuar hacia el Paseo de Gracia, aunque antes entro en la tienda de Orange, la que hay frente a la plaza, para comprar un nuevo cargador de móvil. Sigo hasta el semáforo y giro a la izquierda hasta llegar al edificio de El Corte Inglés, para comenzar a recorrer el Paseo. A tan solo unos metros de entrar en este, me encuentro con Apple, observo el escaparate y veo la variedad de dispositivos que tienen. Cruzo la calle y me topo con una de mis tiendas de ropa de baño favorita, Calzedonia. Me encantan los bikinis de los maniquíes. No me he dado cuenta antes, pero voy a tener que cruzar a la otra acera de nuevo, para ver si encuentro en Bershka algún vestido para la fiesta del sábado y quiero probarme el pantalón que me gustó ayer de su página web.
Cuando salgo de Bershka entro a Stradivarius, después a H&M y, por último, a Zara, pero no hay nada que me convenza, al final, solo me he comprado un tarjetero para guardar todas mis tarjetas. Cruzo por la Gran Vía de Las Cortes Catalanas y me encuentro con Mango Kids, me quedo mirando el vestido rojo a cuadros del escaparate fijamente y recuerdo que yo tenía uno parecido de pequeña. Me giro y veo en la acera de enfrente Nike y Tommy Hilfiger, pero ahora no me apetece entrar a ninguna tienda más, quiero sentarme en Five Guys, frente a la Bolsa de Barcelona, para descansar mientras me tomo una Coca Cola y un sándwich, aunque también me apetece un wrap del Subway que hay en la calle del Consell de Cent.
En la esquina de Paseo de Gracia con la calle del Consell de Cent, giro a la izquierda hasta la terraza del Starbucks, donde me tomo por fin un café helado y una focaccia. Aquí al lado, en la esquina con la Rambla de Catalunya, pasando por Tiger, hay un Tea Shop, donde voy a comprar un pack de té natural para mi casa. Justo en la esquina de enfrente me encuentro con Eurekakids que me traslada de repente a mi infancia, cuando me emocionaba al entrar en una tienda de juguetes. Aligero el ritmo por esa calle y giro a la derecha en la rotonda, para recorrer la calle Balmes, hasta llegar a Mi Alcampo, me paro y compro algo de picoteo.
Salgo de comprar en Alcampo y giro a la derecha por la calle Aragón. Ya entrando de nuevo en La Rambla veo Intimissimi, pero no me detengo. Subo por La Rambla hasta llegar al Sabadell, donde saco dinero. Justo al lado tengo un Women’s Secret y echo un vistazo a la nueva colección. Vuelvo sobre mis pasos y regreso a la calle Balmes, me he alejado un poco de la plaza. Estoy bajando la calle y en la esquina con Ronda de la Universitat, a la derecha, hay un TGB, pero yo giro a la izquierda, y más adelante veo un Foster’s Hollywood, un McDonald’s y un KFC, todos me hacen dudar. Sin embargo, no me detengo a comer en ninguno de ellos, voy a esperar en la plaza, a que lleguen mis amigos, y vamos todos a la Calle Valencia para pedir un take away en Miu Japonés.
Tras salir del restaurante, llego de nuevo al Paseo de Gracia y, nada más doblar la esquina, me paso por Guess, luego entro a Mango y por último a Hugo Boss. Ya tengo el vestido que quería. Giro la esquina en la calle Mallorca, donde veo un supermercado Trady’s, pero no me detengo porque ya he comprado lo que necesitaba. Me dirijo de nuevo a la Rambla, y me paro en Yves Rocher, no puedo evitar oler sus perfumes. Salgo enseguida porque se me ha hecho tarde, tengo que llegar a la oficina de Century 21, situada en la calle Provenza, a mi cita con uno de los agentes comerciales para que me enseñe varias casas.
Subiendo por la misma acera me cruzo con un The Body Shop. Luego de ver varios pisos, camino dirección a la tienda de Massimo Dutti que hay cerca de La Pedrera, igual allí encuentro unos zapatos para el vestido nuevo. Una vez salgo de la tienda, cruzo hasta llegar a la esquina con Carrer del Roselló para entrar en Tous, donde me pruebo varias pulseras.
Ahora mismo, estoy cruzando la calle y, aunque me iba a sentar de nuevo en Starbucks, me apetece más un bocadillo de Enrique Tomás, y así, de paso, estoy más cerca de las zapaterías Golden Goose y Macson.
Después de todo el día de compras, pediré para cenar un delivery de McDonald’s.
A estas alturas, ya habréis adivinado que soy una compradora compulsiva y que las franquicias me apasionan. En una sola zona, en una calle principal, me ofrecen todo aquello y más de lo que necesito y puedo imaginar.
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