Hoy, afirman, es posible obtener rentabilidades que oscilan entre el 5 y el 7% en el sector inmobiliario, muy por encima de lo que ofrecen las entidades financieras. Comprar para alquilar vuelve a ser una buena inversión, sin embargo es necesario tener los siguientes cinco conceptos claros.
1. Elegir una propiedad con demanda permanente: Es mucho más interesante invertir en un barrio de cualquier ciudad, que en una vivienda de playa, donde la posibilidad de alquiler se reduce generalmente a los meses de verano.
2. Mejor una vivienda familiar o con capacidad para vivir al menos dos adultos que un estudio, para una sola persona (y un solo ingreso).
3. Como norma general, las inversiones más estables se encuentran en propiedades ubicadas en barrios de clase media. La su relación riesgo rentabilidad ofrece más estabilidad a largo plazo.
4. Asegúrese el cobro de la renta. Además de realizar un análisis objetivo sobre la capacidad de pago del candidato, el propietario cuenta con diversos seguros de protección de impagos que, si bien rebajarán la rentabilidad de la operación, le aportarán una gran tranquilidad.
5. Tenga en cuenta que, cuanta mayor rotación exista en su vivienda, menor será su rentabilidad. Entre inquilino e inquilino, se producen espacios de tiempo en los que dejará de cobrar la renta, necesitará realizar actualizaciones y reparaciones, etc. Siempre que sea posible, si busca estabilidad en su inversión, procure alquilar por largas temporadas.
A la renta mensual por el alquiler, y partiendo del hecho de que la propiedad siempre recupera o incrementa su valor (si esta ofrece unas adecuadas condiciones de habitabilidad), el propietario obtendrá una ganancia adicional que es la plusvalía.
“Sin embargo, advierte Duque, al 5 ó 7% de la rentabilidad estimada, el propietario debe restar un 1% para abordar los pagos como el IBI, comunidad, basura, seguros o gastos de reparación y mantenimiento de la vivienda. Con todo ello, nuestra recomendación es que cualquier ahorrador que se interese por esta opción, consulte siempre con una profesional que le guie a la hora de realizar la mejor inversión” concluye.
Los orígenes de Alfa Inmobiliaria se sitúan a principios de los 90, cuando un grupo de profesionales del sector inmobiliario se unió para desarrollar sistemas de trabajo conjunto de una red inmobiliaria, y así crearon sistemas de venta, captación, retribución para los comerciales, etc. Fruto de esta experiencia acumulada, se crea en 1.996 Alfa Inmobiliaria, con el objetivo de crear una red inmobiliaria nacional. Un año después Alfa Inmobiliaria contaba con 100 agencias.
Actualmente, Alfa Inmobiliaria opera a través de más de 110 agencias franquiciadas, 60 oficinas a nivel internacional -57 en México, 1 en Perú, 1 en Paraguay y 1 en Colombia- y más de 20 años en el sector, y está estructurada como una corporación de Servicios Inmobiliarios Integrales que ofrece a sus clientes una total garantía en las transacciones.
La compañía cuenta actualmente con una bolsa inmobiliaria de más de 35.000 viviendas tanto en venta como en alquiler, distribuidas por toda la geografía nacional y cada vez más, también, por otros países.
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