Entrevistamos al director de Frutal, franquicia especializada en la elaboración de zumos naturales

¿Cuándo y cómo nació FRUTAL?

Frutal nace en 2008 con nuestro primer local en la calle San Andrés en la plaza del 2 de mayo del barrio de Malasaña. La idea realmente la desarrollé en Siria, país en el que estuve viviendo, y donde en cualquier esquina de Damasco o Aleppo puedes encontrar una zumería sencilla con fruta fresca de la zona.

¿Nos podrías definir tu concepto de negocio?

Frutal es una Zumería. Así nacimos y así queremos seguir. Nuestro mensaje es claro: Hacemos zumos naturales preparados al instante con fruta fresca de temporada. No utilizamos frutas congeladas.

¿Cuáles fueron las dificultades con las que te encontraste?

Las propias de financiación de cualquier pequeño negocio que empieza con recursos limitados.

¿Por qué has decidido expandirte bajo la fórmula de la franquicia?

Al hilo de la pregunta anterior, la financiación es muy complicada. Si nuestra sociedad tuviera unas reservas, digamos de medio millón de euros, no tenga duda de que hubiéramos abierto más de diez centros propios. Tenemos la experiencia contrastada de que nuestras tiendas son rentables y no habríamos dudado en seguir invirtiendo.

¿Cuáles fueron los problemas con las que te encontraste al franquiciar tu negocio?

Dado que teníamos una experiencia previa de gestión de nuestros centros propios no hemos tenido excesivos problemas en trasladar nuestro modelo al franquiciado. Lógicamente tienes que desarrollar el mecanismo de interacción con personas ajenas a tu empresa y todo eso englobarlo dentro de un contrato de franquicia. La experiencia en esta parte nos la aporta Tormo Franchise.

¿Qué os diferencia dentro del sector frente a la competencia?

Frutal es sin equívocos una Zumería. Somos expertos en zumos naturales, en mantener las propiedades de las frutas intactas, y en conseguir los mejores sabores del mercado. Los zumos Frutal están muy buenos. No mezclamos frutas al ton ni son, las combinaciones están pensadas y trabajadas para conseguir el mejor producto final.

¿Cómo encuentras la situación del sector a día de hoy?

En general en la hostelería en Madrid a día de hoy nos encontramos con un excesivo intrusismo. Esto mismo puedo decir de las zumerías. Demasiada confusión. De hecho conociendo las marcas existentes en la ciudad, puedo afirmar con rotundidad que Frutal es la única marca que realmente es una zumería.

¿Cuál es el perfil de franquiciado que buscas para FRUTAL?

Frutal encaja perfectamente en el modelo del autoempleo. Buscamos a esas personas o familias que tengan algo de dinero para invertir en crear su propio puesto de trabajo. Hemos demostrado aún en los peores años de crisis que los centros Frutal son viables económicamente y generan un retorno adicional de la inversión. Es un modelo sencillo de operar, al margen de los horarios tradicionales de la hostelería, y que cualquier persona en pocos días es capaz de dominar.

¿Cuál es la inversión que tiene que realizar el franquiciado?

En parámetros de costes de la ciudad de Madrid en torno a 40.000€ para un local de 40m2. Frutal puede operar en locales desde 15m2 , con lo que la inversión puede ser considerablemente más baja en función del local. La inversión en maquinaria es relativamente pequeña.

¿Qué ofrece FRUTAL al emprendedor?

Ante todo nuestra experiencia como profesionales del sector. Antes de empezar la aventura Frutal la empresa ya contaba con Restaurantes en Madrid. En nosotros van a encontrar un socio experto que les asesorará desde la búsqueda del local idóneo y la optimización de la inversión hasta el día a día de su operativa con el negocio.

¿Cómo ves el futuro?

Sin confundir tendencias con modas, estamos convencidos de que los zumos naturales es una tendencia en nuestra sociedad. El hábito de comer fruta y verdura fresca ha venido para quedarse. Las sociedades evolucionan hacia estas costumbres alimenticias mucho más saludables. Dentro de nuestro marco de país de dieta mediterránea los zumos naturales tendrán cada vez más presencia en nuestra sociedad. Los turistas extranjeros identifican rápidamente nuestros locales con algo que pensaban que encontrarían con frecuencia en nuestro país. Consumen y se fotografían con la idea de que es algo típico. Deberá serlo en el futuro.

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